miércoles, 11 de abril de 2012

Relaciones perjudiciales

La lógica y la razón indican que si una relación es mala y nos perjudica, lo sensato es terminar con ella. Sin embargo el nudo se vuelve a veces tan difícil de desatar que es imposible romperlo.

Cualquier relación que cause dolor a una de las partes es destructiva, sin importar cuanto cariño “parezca” haber. Nadie merece ser maltratado; para lo único que sirve una relación que te causa dolor es para mostrarte aquello que no deseas en tu vida.

Una relación que represente una amenaza para tu integridad física o emocional es ANORMAL O ENFERMA.

Lo más peligroso de una relación destructiva es permanecer en ella, considerar que se puede hacer “cambiar al otro”. La reacción de una persona sana y madura, ante la presencia de algunos de los rasgos que suelen presentarse en una relación insana, es propiciar la separación sin ofenderse y lastimarse.

Es muy importante saber reconocer el abuso y las diferentes connotaciones que de el se desprenden, el reconocimiento de que hay un problema es el primer gran paso para poder resolverlo.

El abuso no solo consiste en golpes u otras agresiones físicas, el abuso emocional es igual de dañino y no siempre es fácil de identificar “CUALQUIER ACTITUD O COMPORTAMIENTO QUE INTERFIERA CON TU SALUD MENTAL O TU DESARROLLO SOCIAL ES UNA FORMA DE ABUSO”

Ejemplos: amenazas que obliguen al otro a hacer o no hacer algo por miedo a la pérdida de algún bien necesario (amor, alimentos, permisos de salida); prohibición de elegir los amigos; exclusión en actividades familiares; aislamiento; ruptura de objetos; control de cajones, carteras, agendas sin respeto por la privacidad; revisión de la correspondencia o los llamados telefónicos.



Existen muchas maneras de ejercer esta forma de violencia indirecta. La manipulación es una de las más recurrentes.

Si es amor, en el sentido estricto del término, no debe haber manipulación. Digo esto en función de que una relación tiene que establecerse en base a un sentimiento inicial de amar, querer, desear, compartir y la manipulación equivale a una especie de chantaje, encubierto, bien manejado para lograr objetivos de cualquier tipo.



El amor no es obsesión. No hay que confundir amor con obsesión, si una persona no para de perseguirte, se te aparece de forma inesperada en los lugares más raros, siente celos de cualquiera que se acerque a ti, se pelea continuamente contigo sin ningún motivo, no siente control sobre sus emociones, no respeta tu espacio ni tu intimidad, no es capaz de salir sin ti, amenaza con hacerse daño o suicidarse si le dejas... NO TE AMA, SOLO ESTA OBSESIONADO.

La obsesión  cuando es compulsiva se convierte en pesadilla. Una pesadilla fruto de la propia inseguridad y del deseo de control y de manipulación del otro. Insatisfacción, tristeza, infelicidad... suelen ser los resultados finales de una relación enfermiza. Y es que el verdadero amor no es un juego y de tu elección depende la felicidad futura.