jueves, 17 de noviembre de 2011

De mi cuaderno amarillo

No recuerdo exactamente cuando fue la primera vez que escribí por primera vez algo, si recuerdo que siendo muy niña vivia en una chacra de Mendoza y en las noches de verano saliamos con mi papá a mirar las estrellas yo me dormía entre sus brazos mientras me relataba historias... fui creciendo y empezé a escribir historias para poder contarle yo las mias propias a mi padre. Esas fueron quizás las primeras, después llegaron los primeros desencantos, las primeras tirstezas y alegrías de amor, de ilusión, de amistad, de encuentros y desencuentros. en fin de la vida misma.
Como en cada cosa que hago soy muy autocrítica y no me gusta releerme y por eso no suelo subir cosas escritas con anterioridad, pero varios fueron los que pidieron leer algo de las huellas del pasado y aca va algo de todo eso...

EXTRAÑANDOTE
Entre las olas te apareces,
Tu imagen se empecina,
Y el viento la sacude sin borrarla,
El rumor del mar vuelve a clamar tu nombre,
Mientras tu rostro surge,
Sobre todos los rostros de la tierra,
Y tu caricia surge cada vez que sumerjo mis pies en el agua,
Tu sonrisa lejana, se desliza en la arena
Pero no estas...
Y no me queda mas que el limpio azul del cielo
Y mis pensamientos...




NOCHE
Llega la noche
Y un gran silencio lo invade todo,
Por que la costumbre ahoga las palabras
Y alarga el desencuentro,
Tantas cosas permanecen ocultas,
Bajo el telón oscuro de la noche,
Palabras perdidas que no fueron dichas nunca
Y tantos gestos...
De pronto entiendo que es muy tarde,
ya no hay nada aquí, solo silencio.



NUNCA
Nunca sabrás que aun te espero,
Que tu ausencia me golpea día a día,
Que mi pobre alma dolorida, no sabe como mitigar sus penas.
Jamás te enteraras de que tu recuerdo,
Brota de mi esencia empobrecida,
De que tu mirada lejana, me arrastra a la agonía
Y no sabrás tampoco
Que el frió me traspasa el cuerpo entero
Nunca sabrás...
Que al escuchar tu nombre, mi corazón se agita
Y en estos días tan largos y tan vacíos
Junto a mi se acomoda, el fantasma de tu presencia.


ALGUNOS DIAS
Cuando el dolor se convierte en espuma
Baja la marea y no queda nada
nada es el vació,
Nada es la nada,
soledad de días vacíos sin tu mirada
Días sin amor, sin pensamientos
son días sin gusto a nada.


EL OLVIDO
De mi recuerdo a tu olvido
Hay un puente largo
Que cruzo a diario
Un callejón secreto
Con una rosa roja que se marchita en el atardecer de los días,
De tu olvido mi recuerdo
Hay un poema breve
Guardado en las palmas de tus manos.
Entre vos y yo puede que ya no quede nada
Pero entre el recuerdo y el olvido
hay un largo el camino.

DECLARATORIA DE AMOR

Esperaba entonces tus palabras, con disimulada ansiedad, no esperaba escuchar poemas, ni una declaración, ni una plegaria. No quería que hablaras vos, si no tu alma, la misma que escondes tras frases robadas.
Esperaba saber de ti y para eso me bastaba con que dibujaras una sonrisa y la elevaras en el aire para que me llegara acercando así, tanta distancia.
No es tu culpa ya lo sé, es la mía por seguir meciendo sueños en la luna y esperar que las estrellan sean algo mas que eso.
Mi culpa está en mi esencia de niña tonta y soñadora que ve en la sangre pétalos de rosas. Está en no ser tan realista pretendiendo ver luz donde solo hay sombras.
Y aquí estoy....
Barruntando sobre los barriletes rotos de mi historia, despojada de todo lo que fui. Y solo quisiera saber que fue de ti y de tus palabras. Si te ganó el cansancio o tan solo te quedaste yerto de música en tus labios.
No puedo culparte después de todo yo también he cambiado y como no hacerlo en este abismo de dolores y quebranto. Pero no te preocupes por todo esto ya sabes de antemano que la utopía es la peor de mis enfermedades y yo seguiré esperando, el imposible de que me abraces con tu sombra, aunque mas no sea de vez en cuando...



Empiezo a estar lejana, la distancia sale a buscar un horizonte nuevo. Adelante no hay nada y me puede tanta adrenalina del vacío, atrás deje el mar inmóvil, mares grises, mares sordos, mares de vientos y las ausencias avivan las distancias. Aquí estoy y sigo desvenándome los sesos!

ENCUENTROS

En encuentros de agua
nos vimos naciendo,
cuando al amparo circunstancial
de una  cálida noche,
pasamos a ser fuego;
dando a fundir razones y cuerpos
en la alberca de sueños...
Sus brillantes pupilas
paralelas a las mías,
supieron de lluvia de estrellas
cuando entre olas nacidas y al viento,
nació una aurora gigante
y el bosque se estremeció
con nuestro canto de suspiros...

Otoño

Las hojas secas, tímidamente
Se deslizan con perfecta suavidad
Sobre el pasto enamorado
y en un romance fugaz
juegan al amor por un rato. 
Es algo tan elemental y tan bello
Ver cumplir el ciclo natural
de la transformación
entre lo nuevo y lo viejo
 
La llegada del otoño
no solo es un cambio de estación,
ver caer una hoja muerta,
es una dulce y triste sensación.

TRISTEZA

Que paradoja de la vida,
que insatez la mía
de pasrame horas y días
recordando tantas cosas
mas no recuerdo donde perdí
mi aguerrida alegría

Esperandoté

Encontró mi alma
las respuestas que necesitaba
pensaba que por mi culpa
tu te alejabas,
que mi presencia no te llenaba,
que las noches conmigo
no te alcanzaban.

Me dolía tanto pensar
que en realidad yo sola no bastaba
y que todo lo antes pretendido
era solo un espejismo dentro de mi alma.

Se me desgarraba la piel,
se me escapaba la sangre
cuando solo silencios
era lo que me dabas

Pero volvía a encontrarte,
y sumisamente a entregarme.

En mas de mil pedazós me rompí
hasta que descubrí
que ya no podía seguir,
lastimandome así,
queriendoté solo un poco.

Para mí, el amor no tiene medidas
ni entiende de matemáticas.
El amor no tiene nada que ver,
con las ciencias exactas.


Ayer

Ayer atraque una vez más en el puerto,
con mi mirada perdida en el azul horizonte
y mi corazón cubierto de sal.
 Ayer descubrí que es inútil
elevar plegarias al viento,
ya nada de ti me llega
y ya no tienen sentido mis rezos.
 Ayer comprendí que es hora de soltar las amarras
y dejar que mi vieja barca
naufrague solitaria por el mar.
 Ayer entendí que no es bueno eso,
de estarse tanto tiempo quieto.
No puede tu egoísmo,
pedirme tremendo sacrificio.
 Ayer te juro amor mío,
fue la última vez que encendí,
las luces de mi faro.
 Si, ya lo sé.
La oscuridad no te asusta,
como ha de asustarte…
si hace tanto tiempo que vives en las sombras.  


Desengaño

Al igual que una lágrima,
la mentira, el desengaño
y el dolor rodó.
Superaré esta herida
aunque me cueste
toda mi sangre y la mitad de mi vida.

Agonía

Volvieron tus palabras a anidar en mis oidos
y mi corazón volvió a encenderse en llamas.
Hay amor...
Nunca más dejes pasar así el tiempo.
no quiero volver a sentir esa agonía,
de no tenerte siquiera en diminutos versos. 

Días Grises 

Llueve y la lluvia que lo moja todo,
inunda mi corazón con más dolor
y con mayor tristeza.

Son estos días grises
que sin tu cariño prendido en el aire
tienen el amargo sabor del olvido.

SOLA...
             mi alma espera,
desespera...

             y se pregunta una vez más,

por que me cuesta tanto...

           llenar el vacio que dejaste.

Alma

Soy un alma que viaja
a través  de estos versos.
un alma desnuda,
que angustiada y sola
va dejando sus pétalos dispersos.
Un alma que sueña, que desea,
que como los vientos
vaga sin sentido.
un alma que clama por querer ser
un velero que marche
en búsqueda de las estrellas. 

Donde caén los días

Otra vez, sentanda en el muelle
mojando mis pies en agua fría del mar
para poder sentir algo siquiera
mirando sin ver nada
adormeciendomé en el tiempo,
te siento como una triste canción
que traé consigo tristeza y dolor
y pienso...
al menos yo me quedé con tu recuerdo,
no sé con que te quedaste tú.

Invierno

Ando descalza en este invierno frío
pisando la escarcha azul, del mar profundo.
desnuda, despojada de todo.
Mi piel solo es una estampa,
abajo de ella ya no queda nada.
Nado entre los coágulos degenerados
del espanto de hoy y del pasado
con un tropel de sueños oscuros
y heridas de antiguos disparos
cargando la cruz del dolor en mi lanto.

Cartas desde lejos

Al igual que yo, el mar,
también escribe cartas,
impresas con tintas de sal,
las llevan las olas
de aquí para allá.

Le pedí por favor
que te escribiese una
en la que te cuente
los lamentos de mi corazón,
que ponga en ella
los sueños hechos añicos
y el dolor que se ahoga ahora
en la espuma de las olas.
Que te cuente, como duelen las manos
al sentirse tan vacias
y lo terriblemente infinitas
que se vuelven las noches.

No sé si te llegará esa carta,
solo sé que con ella también te envié
un pedazo de mi alma.


Cosas que se dicen 

Muchos dicen que la tristeza
es a veces, una buena compañera
por que ahonda en el alma
y hace que resurgan cosas.

Otros dicen que el penar es bueno
por que te encallece y te prepara
para afrontar la vida y aminorar las caidas.

Hay quienes dicen y dicen
que los fracasos sirven
para magnificar victorias
y aprender del error

Dicen, que dicen, los que dicen
por que no saben, pero igual dicen
sin saber lo que dicen.

Yo hace ya un largo tiempo
que vengo ensangrentando pensamientos.
No pude aprender del dolor
y no digo nada.



Andenes

Sola estoy, atracada en una estación
de un tiempo cualquiera
nada queda de este andén
donde el pasado es solo
una gran capa de polvo
y el futuro no existe.

En estas vías cubiertas de óxido
persiste la física perfecta
de los rieles que no se uniran nunca.

inmersa en esta soledad infinita
le pregunto al viento que resuena en los cerros
cuanto tiempo ´hace que pasó el tren que espero?

No hay respuestas y dudo de mi existencia
creo que todo esto no es mas que producto
de mi maldita fantasía alineada en el tiempo.

Melancolía

Las ganas de verte
se ahogan en tu ausencia
y que ironía que estando tan lejos
te sienta tan cerca.
si tan solo pudiera pedirte algo
te pediría que no inventes rechazos
ya tengo demasiados con los de tus ojos ausentes
y aún así sigo rasguñando mis heridas
por que si por no lo sabes
no hay mejor veneno
que el de tu ausencia.































cuento: La princesa y el dragón


AL IGUAL QUE TODOS LOS CUENTOS ESTE TAMBIEN COMIENZA CON EL CLASICO...


HABIA UNA VEZ...



En un país muy, muy lejano gobernaba un rey, que tenía una única hija. La princesa, cuando nació fue llamada Luz, por que era tan bella que lo iluminaba todo con su hermosura.
Luz fue creciendo rodeada de cariño y admiración de toda la gente del palacio, hasta convertirse en una agraciada damita y su padre se sentía tan lleno de orgullo que decidió realizar una fiesta para homenajear a su hija. A la gran fiesta fueron invitados reyes, príncipes y valientes caballeros de todo el mundo que colmaron a la princesa de exóticos regalos.
La celebración duró varios días, la última noche se organizó un gran baile durante el cual la princesa Luz, conoció a un príncipe que la deslumbró con su simpatía, bailaron largo tiempo y pasearon por los jardines del palacio. El príncipe le contaba historias de otros lugares y la princesa escuchaba atenta anhelando algún día poder visitar esos territorios y fue entonces cuando le pregunto si la invitaría alguna vez, a lo que el príncipe le contestó: - El mundo de las aventuras no son para las princesas, tu eres la luz de este reino y debes permanecer aquí.
Al día siguiente los invitados comenzaron a retirarse y el príncipe y la princesa se despidieron prometiendo escribirse. Así fue como durante mucho tiempo Luz recibía cartas llenas de dulces palabras que hicieron que la princesa se enamorara perdidamente de su principito de ojos tiernos, como ella lo llamaba. Pasó el tiempo y durante un tiempo la princesa enviaba cartas pero el príncipe no contestaba, preocupada por que algo malo le hubiera sucedido, le pidió permiso a su padre para ir a visitarlo, a lo cual el rey accedió.
Después de varios días de viaje, Luz llegó al reino del príncipe, la recibieron con las más distinguidas celebraciones y cuando tuvo la oportunidad de encontrarse a solas con su príncipe, decidió confesarle sus más profundos sentimientos. El príncipe que se mostraba feliz de la llegada de la princesa cuando escucho sus palabras se quedó pensativo hasta que con la mirada perdida en el horizonte le dijo: -no puedo amarte, mi corazón es demasiado errante.Debes regresar a tu pueblo y solo espero que puedas perdonarme.
 La princesa sintió un ahogo tan grande en su pecho que no pudo hacer otra cosa más que llorar y llegó a su reino llena de angustia y dolor.
Llegó un nuevo invierno y la princesa sumida en la tristeza ya no irradiaba tanta luz, su belleza y simpatía se fueron apagando lentamente. La princesa ya no hablaba, ni quería comer, se pasaba las horas mirando a través de su ventana como caían los copos de nieve que lo cubrían todo, era la primera vez que veía nevar. Su padre, el rey le había contado que desde su nacimiento nunca más nevó en el reino y que todos decían que era la belleza resplandeciente de su hija que daba calor a la tierra, recordando  las palabras de su padre la princesa pensó: “por que no habría de nevar este invierno, si mi belleza no bastó para derretir el corazón de mi amado, ¿que podría hacer yo en contra de la naturaleza? Quizás he vivido engañada no soy tan bella”.
Apenados eran entonces  los días en el palacio, sin música, sin risas, solo se escuchaban de vez en tanto los sollozos apesumbrados de la princesa que fue enfermando gravemente por la pena de su corazón. El rey muy preocupado al ver a su hija en ese estado mandó a llamar a todos los médicos del reino, que intentaron curarla, pero ninguno pudo y la princesa agonizaba en el dolor.
El rey muy preocupado al ver a su hija en ese estado mandó a llamar a todos los médicos del reino, que intentaron curarla, pero ninguno pudo y la princesa agonizaba en el dolor.
Una mañana el rey estaba tan dolido por no poder asistir a su hija que decidió salir a caminar por el pueblo, se interno por un camino boscoso y desolado para llorar tranquilo mientras pensaba... “no es bueno para el pueblo ver llorar a su rey”.
Allí sentado sobre un tronco viejo apareció un viejito vestido con harapos que le dijo:
- muy grande ha de ser el problema para que un rey llore su pena.
-Es verdad, contestó el rey, que no se había percatado hasta ese entonces de la presencia del vagabundo.
-hable conmigo majestad, tal vez pueda ayudar.
El rey miró al vagabundo y sin más le dijo:
- ¿Cómo crees que puedes ayudarme tú a mí? Ni siquiera tienes ropa, ni casa y comes de lo que te dan.
El vagabundo pensó un rato y luego le dijo:
- es verdad, mis ropas son viejas como mis años, mi casa es una humilde choza de paja, me alimento de lo que puedo cazar o recolectar con mis manos, pero tengo dos oídos y un corazón que sirven de remedio contra el dolor.
-¡No es verdad!  Los oídos y un  corazón no bastan para curar a mi hija que se muere lentamente por amor. Dijo el rey.

El anciano comenzó a recitarle al rey:
-Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo en cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Y luego agregó:
- Hay mi rey! Si quiere salvar a su hija no hay mas tiempo que perder hay que ir en busca del dragón de fuego.
- ¿Que dices? Preguntó el rey, ¿un dragón de fuego? ¿Donde hay uno?
- Aquí, del otro lado de las montañas se esconde uno, mi rey, dijo el vagabundo, es difícil llegar hasta allí y solo tú puedes ir. No es amante de recibir visitas, vive confinado en la soledad. No temas nada malo te pasará. Tú eres un rey y el dragón entenderá...
- No es temor, por salvar a mi hija hago cualquier cosa, pero como hago para llegar hasta allí?
- Yo lo voy a guiar mi majestad.
Y ambos emprendieron el viaje atravesando las montañas para llegar a la cueva del gran dragón de fuego. Al llegar al lugar el vagabundo le indico la entrada a la cueva y le dijo:
- yo me quedaré aquí y lo espero. Mucha suerte mi majestad!
El rey un poco temeroso, se introdujo en la tenebrosa cueva y caminó en la oscuridad hasta que una voz imponente como un rayo se escucho:
- Quien es el que se atreve a invadir mi morada?
-Soy el amo y soberano absoluto de estas tierras, dijo el rey contestando.
-Que lo trae hasta mi? Quien le dijo de mi existencia?, contesto el dragón con su voz de trueno.
-Necesito su ayuda, y un rey sabe de todo lo que hay en su reino.
Mi hija la princesa Luz está muriendo, la han visto muchos médicos, mas ninguno ha sabido curarla. Ya no se que puedo hacer, la desesperanza y la desesperación por salvar la vida de mi hija me han traído hasta aquí.
-Y yo como puedo ayudarlo? No soy doctor ni conozco de enfermedades. No se da cuenta que solo soy un solitario dragón?
-Lo mismo me pregunte yo, cuando un viejo vagabundo me dijo que viniera hasta aquí. No entiendo como un solitario dragón puede devolverle el corazón a mi hija que muere de amor. Dijo el rey entristecido. El dragón dudo en su respuesta pero la tristeza del rey lo conmovió, después de todo, el no era un dragón malo y dijo:
-Es cierto, creo que puedo ayudarla, si su mal es de amor.
-Que hay que hacer? Dígamelo por favor doy mi reino y todo lo que tengo por salvar la vida de mi hija! Pidió suplicando de rodillas el rey ante el imponente dragón.
-No necesito nada más de lo que tengo soledad y silencio. No debes dar nada pero tu hija si. Dijo el dragón
-No entiendo. Que puede darte mi princesa a ti? Pregunto el rey.
-A mi nada, pero deberé llevarla lejos, muy lejos, donde se encuentra el mar del olvido y allí ella se sumergirá como en un sueño para ahogar todo su dolor.-Esta bien, si es la forma de salvarla ve pronto por ella. Pidió el rey
-Que cosa? Dime ya, no tenemos mucho tiempo
.El dragón con su voz ya no de trueno ni de rayo le dijo:
-Recuerdas que te dije que la princesa deberá dar algo a cambio, no a mí, si no al mar del olvido.
-Si dime que necesita llevar mi princesa y se lo daré, dijo el rey.
-¡Tú no puedes dar nada! Solo ella puede ofrecer lo que el mar del olvido le pedirá. Escucha rey, cuando la princesa se sumerja en ese mar, las aguas frías, bañaran todo su cuerpo y ella se sentirá morir, pero no será así, solo se adormecerá meciéndose entre las olas del desencanto y sus angustias se las llevara el mar junto con su corazón.
Que quieres decir? Mi Luz, mi princesa, se quedará sin corazón?
-Así es rey, no puedo hacer otra cosa, es el remedio, es la enfermedad. No hay otra cura para ese mal. Olvidamos pero no podemos volver amar. Y ya no hay nada en este mundo solo nos queda un gran vacío, por haber perdido nuestro corazón. Ahora entiendes por que vivo confinado a la soledad?
Muy triste el rey y con lágrimas en los ojos, le dijo:
-Tienes razón, nada puedo yo hacer. Una princesa sin corazón no es bueno. Pero es mi hija y debo salvarla. Ve por ella dragón!
El dragón voló por varios días con la princesa moribunda sobre sus espaldas. Cuando llegó al mar del olvido la ayudó a sumergirse suavemente, las aguas rápidamente cubrieron su frágil cuerpo y cuando regresó a la superficie emprendieron el viaje de regreso. En el castillo el rey esperaba ansioso la llegada de su hija y al verla corrió a abrazarla, mas la princesa no demostró alegría, solo dejó entrever una apenada sonrisa y así vivió muchos años. Dicen algunos, que la princesa ya no irradiaba tanta luz y la solían ver caminando solitaria entre la melancolía del crepúsculo y la tristeza del atardecer.
También desde hace muchos años se escucha decir... “había una vez una princesa muy triste que perdió su corazón”. Ahora ya sabemos por que fue.
                                                                                     FIN.


Solo sus ojos

Su perspicaz y aguda mirada
va recorriendolo todo,
iluminada con el rayo cruel
que emana de la nostalgia.

Sus ojos lo arrasan todo,
lo pueden todo, lo dicen todo.
Mirandolós, uno se da cuenta
cuan inecesarias son a veces las palabras...

Allí impostados y eternizados
sus ojos no son los únicos dueños,
del dolor, ni de las lágrimas,
sin embargo son los herederos,
absolutos y supremos,
de lo atesoran su mirada.

Cayó entonces la negra y despiadada noche
desvastando su cuerpo en llamas
y fueron solo sus ojos los que ganaron la cruel batalla.

Se marchó de este mundo
triunfante como un aguerrido guerrero
por que ni la muerte ni el tiempo
podrán acabar jamás con la vida propia
que emana de su mirada.


Por que hoy me doy permiso para recordarte debo también en acto de valentía y sinceridad absoluta finalizar esto como solía hacerlo siempre que te escribia algo .... "de my para ty "