El viento ruge con voz de tristeza,
inmenso, imponente, se alza altivo
desafiando el olejae embravecido
y el paso del tiempo.
Simplemente, un faro
alumbrando noche tras noche
indicando un camino a seguir.
Impostado en el sosiego
que regala la tarde,
inmutable al paso del tiempo
baña su cuerpo entero de sal.
Miles de tormentas lo amedrentaron
y sin embargo persiste,
entre aires marineros y viejos veleros.
Escondiendo entre las rocas
sus azorados sueños rotos
de coralinos caminos fríos.
Amiga Marce, viendo un video me he acordado de tu escrito aquí. Es un video que puesto a pantalla completa y con sonido altito impresiona muchísimo, hace ver, o al menos a mi, lo insignificante que somos ante la naturaleza. Te mando besos y te dejo el video. Que vaya to bien.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=T4FIS1FnOQg