jueves, 22 de noviembre de 2012

Hoy no tengo palabras mías ...

Es demasiado grande el dolor y quema por dentro trato de entrar en mi eje pero este se balancea y es dificíl lograr el equilibrio. Estuve todo el día así revolviendome en mis heridas y traté de buscar consuelo en las palabras tuyas que nunca llegaron y se que no llegarán nunca más. fue entonces cuando encontre unos viejos apuntes con palabras que no se de quien son pero traducen lo que siento y quiero sacarlo, gritarlo si fuera posible, arrancarlo de mi para que ya no haya mas dolor y recupere la calma que tanto necesito. No encontre una mejor manera hoy y no puedo esperar a mañana ni quiero seguir aferrada a eso y por eso escribo pidiendo perdón por tomar palabras ajenas pero que hoy se reflejan en mí. ES en el dolor y cuando nos sentimos abandonados que afloran nuestras conductas más neuróticas e infantiles… Cuando uno ha sido herido y no quiere que le vuelva a pasar lo mismo, para evitarlo, tenemos ideas, estrategias, expectativas, de cómo debería ser nuestra próxima relación. Nos volvemos rígidos, exigentes y no dejamos que la relación fluya en forma natural. Queremos “empujar el rio para nuestro lado”, para que corra por donde decidimos que nos conviene y entonces la relación se vuelve forzada y sin libertad. Cuando la grieta se produce, cada integrante de la pareja comienza a ver en aquel que antes lo completaba, el rostro de un enemigo. Nos enojamos con el que da la noticia que no queremos recibir, quisiéramos actuar como Caligula, matando a todo aquel mensajero que no trae buenas noticias, como si con eso consiguiera que la mala noticia desaparezca. Discutir y agredir al otro por algo que ya nos hizo y nos lastimo, es un acto de inmadurez absoluta y básicamente una batalla perdida. Porque lo que esta hecho, hecho esta. y si mi corazón está herido, muy difícilmente pueda terminar de asimilar lo que haya pasado. Me siento estafada, no tenida en cuenta y una vez más abandonada. Una vez más no elegida… Sentimiento terrible para la autoestima de una mujer… pero lo que cierra el camino no es el conflicto, sino el orgullo, el endurecimiento, la cerrazón. La jugada era tan maquiavélica como eficaz. El había querido que yo me entere, pero sin decírmelo directamente. Te quise mucho,y de alguna manera lo sigo sintiendo porque sino estas palabras no estarían aquí fluyendo, todo lo que te di te lo di con ganas, tú me diste muchísimo y te lo agradezco. Pero nos dijimos un montón de cosas feas , sumamente dolorosas y todo quedo mal entre nosotros, yo asumo mi parte, y espero que
vos asumas la tuya. Aunque te agradezco por todo lo feliz que me hiciste y el dolor que me causaste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario