sábado, 29 de diciembre de 2012

Dependencia Emocional (parte1)


La dependencia emocional es "un patrón de necesidades emocionales insatisfechas desde la niñez y que en la vida adulta ahora buscamos satisfacer, mediante la búsqueda de relaciones interpersonales muy estrechas".
Cuando en nuestra infancia no fuimos adecuadamente amados, valorados, comprendidos y apreciados, por las personas que fueron más significativas para nosotros (papá, mamá, personas que nos criaron, maestros, etc.) se produce un proceso sub consciente de larga duración que hace que empezemos a establecer vínculos determinantes con quienes nos rodean. De niños sentimos la amenaza de perder el afecto de nuestros padres si no acatábamos lo que ellos decían en la medida en que dicho sometimiento era más o menos intenso, aprendimos a amarnos y apreciarnos o a rechazarnos y renunciar a nosotros mismos: "hacemos todo lo posible para cumplir con sus expectativas, muchas veces alimentadas por su frustración o patrones deteriorados que nos convierten en víctimas del abuso emocional a temprana edad". Si el modelo de familia en que nos criamos  empleo el chantaje afectivo como un mecanismo para obtener sumisión y obediencia, seguramente nos acostumbramos y vemos como natural el hecho de que para evitar perder el afecto de nuestros padres, amigos o parejas, tengamos que renunciar a nuestros intereses permitiendo que nos gobiernen las de ellos: Para tener contento a papá y mamá había que sacar buenas notas, de lo contrario nos hacían sentir que éramos los culpables de su ira, de su disgusto y de los castigos que nos brindaban. Nuestros amigos o amigas eran aquellas personas que gozaban la aprobación de nuestros progenitores, de lo contrario teníamos que sostener amistades clandestinas y relaciones secretas, que era peor. Cuando mamá se enojaba por algo que no hacíamos y que no era de su agrado, nos amenazaba con "ya no te voy a querer", "me voy a enojar contigo y ya no te voy a hablar" Así se va doblegando nuestra voluntad y nos convierte en los adultos sumisos que nos vamos a tragar todo el descontento que significa establecer relaciones destructivas con las personas menos indicadas, pero que nos harán repetir una y otra vez ese círculo de temor oculto y baja autoestima en que nos quedamos estancados y que nos incapacitará para enfrentar los momentos más críticos de nuestra vida.

Equivocadamente en nuestra vida de adulto, hemos decidido que otras personas deben cubrir nuestras carencias tempranas de afecto y aprobación que no hubo en la infancia.

3 comentarios:

  1. Se lo pasaré a una amiga que tiene ese sintoma. Aplauso

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el aplauso pero con que sirva me alcanza! y gracias también por leerme siempre!

    ResponderEliminar
  3. muy claro.... didáctico...ilustrativo... GRACIAS!!! siempre sirve....carlos

    ResponderEliminar